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äÄìÀëÌåÉú úÌÇìÀîåÌã úÌåÉøÈä Las Leyes del Estudio de la Torá

ôÌÅøÆ÷ à Capítulo Uno

à ðÈùÑÄéí åÇòÂáÈãÄéí, ôÌÀèåÌøÄéí îÄúÌÇìÀîåÌã úÌåÉøÈä; àÂáÈì ÷ÈèÈï--àÈáÄéå çÇéÌÈá ìÀìÇîÌÀãåÉ úÌåÉøÈä, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "åÀìÄîÌÇãÀúÌÆí àÉúÈí àÆú-áÌÀðÅéëÆí, ìÀãÇáÌÅø áÌÈí" (ãáøéí éà,éè). åÀàÅéï äÈàÄùÌÑÈä çÇéÌÆáÆú ìÀìÇîÌÇã àÆú áÌÀðÈäÌ, ùÑÆëÌÈì äÇçÇéÌÈá ìÄìÀîÉã çÇéÌÈá ìÀìÇîÌÇã. 1 Las mujeres y los esclavos están exentos del estudio de la Torá. Pero a un niño su padre debe enseñarle Torá, como está escrito: "Y se las enseñaréis a vuestros hijos, hablando a su respecto" (Dt. 11:19). Mientras que una mujer no tiene el deber de enseñarle a su hijo ya que quien debe aprender debe enseñar.
á ëÌÀùÑÅí ùÑÆàÈãÈí çÇéÌÈá ìÀìÇîÌÇã àÆú áÌÀðåÉ--ëÌÈêÀ äåÌà çÇéÌÈá ìÀìÇîÌÇã àÆú áÌÆï áÌÀðåÉ, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "åÀäåÉãÇòÀúÌÈí ìÀáÈðÆéêÈ, åÀìÄáÀðÅé áÈðÆéêÈ" (ãáøéí ã,è). åÀìÉà áÌÀðåÉ åÌáÆï áÌÀðåÉ áÌÄìÀáÈã, àÅìÈà îÄöÀåÈä òÇì ëÌÈì çÈëÈí åÀçÈëÈí îÄéÌÄùÒÀøÈàÅì ìÀìÇîÌÇã àÆú ëÌÈì äÇúÌÇìÀîÄéãÄéí, àÇó òÇì ôÌÄé ùÑÀàÅéðÈï áÌÈðÈéå: ùÑÆðÌÆàÁîÈø "åÀùÑÄðÌÇðÀúÌÈí ìÀáÈðÆéêÈ" (ãáøéí å,æ)--îÄôÌÄé äÇùÌÑÀîåÌòÈä ìÈîÀãåÌ, áÌÈðÆéêÈ àÅìÌåÌ úÌÇìÀîÄéãÆéêÈ, ùÑÆäÇúÌÇìÀîÄéãÄéí ÷ÀøåÌàÄéí áÌÈðÄéí, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "åÇéÌÅöÀàåÌ áÀðÅé-äÇðÌÀáÄéàÄéí" (îìëéí á á,â). 2 Así como uno debe enseñarle a su hijo. Asimismo debe enseñarle a su nieto, como está escrito: "sino se las harás conocer tanto a tus hijos como a los hijos de tus hijos" (Dt. 4:9). Y no solamente a su hijo y su nieto sino es un deber que todo Sabio de Israel le enseñe a los discípulos, a pesar de que no son sus hijos, como está escrito: "Se las enseñarás a tus hijos" (Dt. 6:7). Aprendieron por “shemu`á”: “tus hijos, esos son tus alumnos” ya que los discípulos son llamados hijos, como está escrito: "Salieron los hijos de los profetas" (2 R. 2:3).
â àÄí ëÌÅï ìÈîÌÈä ðÄöÀèÇåÌÈä òÇì áÌÀðåÉ, åÀòÇì áÌÆï áÌÀðåÉ--ìÀäÇ÷ÀãÌÄéí áÌÀðåÉ ìÀáÆï áÌÀðåÉ, åÌáÆï áÌÀðåÉ ìÀáÆï çÂáÅøåÉ; [â] åÀçÇéÌÈá ìÄùÒÀëÌÉø îÀìÇîÌÅã ìÄáÀðåÉ ìÀìÇîÌÀãåÉ, åÀàÅéðåÌ çÇéÌÈá ìÀìÇîÌÇã áÌÆï çÂáÅøåÉ àÅìÈà áÌÀçÄðÌÈí. 3 Si es así ¿por qué le fue ordenado acerca de “su hijo y su nieto”?; para anteponer a su hijo ante su nieto y a su nieto ante el hijo de su prójimo. Debiendo contratar a un maestro que le enseñe a su hijo, no debiendo enseñarle al hijo de su prójimo sino gratis.
ã îÄé ùÑÆìÌÉà ìÄîÌÀãåÉ àÈáÄéå--çÇéÌÈá ìÀìÇîÌÇã àÆú òÇöÀîåÉ ëÌÀùÑÆéÌÇëÌÄéø, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "åÌìÀîÇãÀúÌÆí àÉúÈí, åÌùÑÀîÇøÀúÌÆí ìÇòÂùÒÉúÈí" (ãáøéí ä,à). åÀëÅï àÇúÌÈä îåÉöÆà áÌÀëÈì îÈ÷åÉí, ùÑÆäÇúÌÇìÀîåÌã ÷åÉãÅí ìÇîÌÇòÂùÒÆä, îÄôÌÀðÅé ùÑÆäÇúÌÇìÀîåÌã îÅáÄéà ìÄéãÅé îÇòÂùÒÆä, åÀàÅéï äÇîÌÇòÂùÒÆä îÅáÄéà ìÄéãÅé úÌÇìÀîåÌã. 4 Aquel a quien su padre no le enseñara, cuando se conciencie debe enseñarse a sí mismo, como está escrito: "los aprenderéis y los cumpliréis aplicadamente" (Dt. 5:1). Tal como se lo entiende en todo lugar ya que el estudio precede a la acción ya que el mismo provoca la acción, no siendo la acción la que provoca el estudio.
ä [ã] äÈéÈä äåÌà ìÄìÀîÉã úÌåÉøÈä åÀéÅùÑ ìåÉ áÌÅï ìÄìÀîÉã úÌåÉøÈä, äåÌà ÷åÉãÅí ìÄáÀðåÉ. åÀàÄí äÈéÈä áÌÀðåÉ ðÈáåÉï åÌîÇùÒÀëÌÄéì îÇä ùÑÆéÌÄìÀîÉã éåÉúÅø îÄîÌÆðÌåÌ, áÌÀðåÉ ÷åÉãÅí; åÀàÇó òÇì ôÌÄé ùÑÆáÌÀðåÉ ÷åÉãÅí, ìÉà éÄáÌÈèÅì äåÌà--ùÑÆëÌÀùÑÅí ùÑÆîÌÄöÀåÈä òÈìÈéå ìÀìÇîÌÇã àÆú áÌÀðåÉ, ëÌÈêÀ äåÌà îÀöËåÌÆä ìÀìÇîÌÇã àÆú òÇöÀîåÉ. 5 De deber estudiar tanto él como un hijo que tuviera, él se antepone a su hijo. Si fuera su hijo entendedor e intelectualmente más capacitado que él, su hijo se le antepondría; a pesar de ello no ha de descuidarse ya que así como le es un precepto enseñarle a su hijo, le es ordenado enseñarse a sí mismo.
å [ä] ìÀòåÉìÈí éÄìÀîÉã àÈãÈí úÌåÉøÈä, åÀàÇçÇø ëÌÈêÀ éÄùÌÒÈà àÄùÌÑÈä--ùÑÀàÄí ðÈùÒÈà àÄùÌÑÈä úÌÀçÄìÌÈä, àÅéï ãÌÇòÀúÌåÉ ôÌÀðåÌéÈä ìÄìÀîÉã. åÀàÄí äÈéÈä éÄöÀøåÉ îÄúÀâÌÇáÌÅø òÈìÈéå, òÇã ùÑÆðÌÄîÀöÈà ùÑÀàÅéï ìÄáÌåÉ ôÌÈðåÌé--éÄùÌÒÈà àÄùÌÑÈä, åÀàÇçÇø ëÌÈêÀ éÄìÀîÉã úÌåÉøÈä. 6 Lo correcto es que uno estudie Torá y después despose a una mujer ya que si primero desposare a una mujer su consciencia no estaría libre para estudiar. De imponérsele su impulso de tal modo que su corazón no estuviese libre, desposará a una mujer y después estudiará Torá.
æ [å] îÅàÅéîÈúÇé îÇúÀçÄéì àÈáÄéå ìÀìÇîÌÀãåÉ úÌåÉøÈä--îÄùÌÑÆéÌÇúÀçÄéì ìÀãÇáÌÇø, îÀìÇîÌÀãåÉ "úÌåÉøÈä öÄåÌÈä-ìÈðåÌ, îÉùÑÆä" (ãáøéí ìâ,ã) åÌôÈñåÌ÷ øÄàùÑåÉï îÄôÌÈøÈùÑÇú "ùÑÀîÇò" (ãáøéí å,ã); åÀàÇçÇø ëÌÈêÀ îÀìÇîÌÀãåÉ îÀòÇè îÀòÇè ôÌÀñåÌ÷Äéí ôÌÀñåÌ÷Äéí, òÇã ùÑÆéÌÄäÀéÆä áÌÆï ùÑÅùÑ àåÉ áÌÆï ùÑÆáÇò ìÀôÄé áÌÈøÀéåÉ, îåÉìÄéëåÉ àÅöÆì îÀìÇîÌÅã äÇúÌÄéðåÉ÷åÉú. 7 ¿A partir de cúando comienza su padre a enseñarle Torá? desde que comience a hablar, le enseña "La Ley acerca de la cual nos ordenara Moshé" (Dt. 33:4) y el primer versículo del párrafo "Oye" (Dt. 6:1); enseñándole luego versículo tras versículo hasta que tenga seis o siete años, según su capacidad le lleva al instructor de críos.
ç [æ] äÈéÈä îÄðÀäÇâ äÇîÌÀãÄéðÈä ìÄ÷ÌÇç îÀìÇîÌÅã äÇúÌÄéðåÉ÷åÉú ùÒÈëÈø, ðåÉúÅï ìåÉ ùÒÀëÈøåÉ; åÀçÇéÌÈá ìÀìÇîÌÀãåÉ áÌÀùÒÈëÈø, òÇã ùÑÆéÌÄ÷ÀøÈà úÌåÉøÈä ùÑÆáÌÄëÀúÈá ëÌËìÌÈäÌ. 8 De ser lo acostumbrado en la ciudad que el instructor de críos reciba salario, se lo dará; debiendo enseñarle por pago hasta que lea toda la Torá Escrita.
è îÀ÷åÉí ùÑÆðÌÈäÂâåÌ ìÀìÇîÌÇã úÌåÉøÈä ùÑÆáÌÄëÀúÈá áÌÀùÒÈëÈø, îËúÌÈø ìÀìÇîÌÇã áÌÀùÒÈëÈø. àÂáÈì úÌåÉøÈä ùÑÆáÌÀòÇì ôÌÆä, àÈñåÌø ìÀìÇîÌÀãÈäÌ áÌÀùÒÈëÈø: ùÑÆðÌÆàÁîÈø "øÀàÅä ìÄîÌÇãÀúÌÄé àÆúÀëÆí" (ãáøéí ã,ä)--îÇä àÂðÄé áÌÀçÄðÌÈí ìÈîÇãÀúÌÄé, àÇó àÇúÌÆí áÌÀçÄðÌÈí ìÀîÇãÀúÌÆí îÄîÌÆðÌÄé; åÀëÅï ëÌÀùÑÆúÌÀìÇîÌÀãåÌ ìÀãåÉøåÉú, áÌÀçÄðÌÈí ëÌÀîåÉ ùÑÆìÌÀîÇãÀúÌÆí îÄîÌÆðÌÄé. 9 Donde se haya acostumbrado a enseñar Torá Escrita por pago, se permite enseñar por pago, pero está prohibido enseñar Torá Oral por pago, como está escrito: "Mirad, os he enseñado" (Dt. 4:5), “así como yo aprendí gratis también vosotros aprendisteis gratis de mí; asimismo enseñaréis siempre gratis tal cual aprendisteis de mí”.
é ìÉà îÈöÈà îÄé ùÑÆéÌÀìÇîÌÀãåÉ áÌÀçÄðÌÈí--éÄìÀîÉã áÌÀùÒÈëÈø, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "àÁîÆú ÷ÀðÅä" (îùìé ëâ,ëâ). éÈëåÉì, ìÀìÇîÌÇã ìÇàÂçÅøÄéí áÌÀùÒÈëÈø: úÌÄìÀîÉã ìåÉîÇø, "åÀàÇì-úÌÄîÀëÌÉø" (ùí)--äÇà ìÈîÇãÀúÌÈ ùÑÆàÈñåÌø ìåÉ ìÀìÇîÌÇã áÌÀùÒÈëÈø, àÇó òÇì ôÌÄé ùÑÆìÌÄîÌÀãåÉ øÄáÌåÉ áÌÀùÒÈëÈø. 10 De no haber hallado quien le enseñe gratis pagará por aprender, como está escrito: "Compra la verdad" (Pv. 23:23). ¿Puede enseñarle a otros por pago?. Aprende a decir “mas no la vendas” (Ibídem). Has aprendido que le está prohibido enseñar por pago, a pesar de que su rabino le haya enseñado por pago.
éà [ç] ëÌÈì àÄéùÑ îÄéÌÄùÒÀøÈàÅì, çÇéÌÈá áÌÀúÇìÀîåÌã úÌåÉøÈä: áÌÅéï òÈðÄé áÌÅéï òÈùÑÄéø, áÌÅéï ùÑÈìÅí áÌÀâåÌôåÉ áÌÅéï áÌÇòÇì éÄñÌåÌøÄéï, áÌÅéï áÌÈçåÌø áÌÅéï ùÑÆäÈéÈä æÈ÷Åï âÌÈãåÉì ùÑÆúÌÈùÑÇùÑ ëÌåÉçåÉ, àÇôÄìÌåÌ òÈðÄé äÇîÌÀçÇæÌÅø òÇì äÇôÌÀúÈçÄéí, åÀàÇôÄìÌåÌ áÌÇòÇì àÄùÌÑÈä åÌáÈðÄéí--çÇéÌÈá ìÄ÷ÀáÌÉòÇ ìåÉ æÀîÈï ìÀúÇìÀîåÌã úÌåÉøÈä áÌÇéÌåÉí åÌáÇìÌÇéÀìÈä, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "åÀäÈâÄéúÈ áÌåÉ éåÉîÈí åÈìÇéÀìÈä" (éäåùåò à,ç). 11 Todo varón israelita debe estudiar Torá, tanto el pobre como el rico, tanto el sano como el enfermizo, tanto el joven como el anciano falto de fuerzas. Incluso el pobre que mendiga ante las puertas e incluso el casado y con niños debe fijarse un momento para estudiar Torá tanto de día como de noche, como está escrito: "sino reflexionarás sobre él día y noche" (Jos. 1:8).
éá [è] âÌÀãåÉìÅé çÇëÀîÅé éÄùÒÀøÈàÅì--äÈéÈä îÅäÆí çåÉèÀáÅé òÅöÄéí åÌîÅäÆí ùÑåÉàÂáÅé îÇéÄí, åÌîÅäÆí ñåÉîÄéï. åÀàÇó òÇì ôÌÄé ëÅï äÈéåÌ òåÉñÀ÷Äéï áÌÇúÌåÉøÈä, áÌÇéÌåÉí åÌáÇìÌÇéÀìÈä; åÀäÆí îÄëÌÀìÇì îÇòÀúÌÄé÷Åé äÇùÌÑÀîåÌòÈä, àÄéùÑ îÄôÌÄé àÄéùÑ îÄôÌÄé îÉùÑÆä øÇáÌÅðåÌ. 12 Entre los grandes Sabios de Israel habían quienes eran leñadores, mientras otros eran aguateros y otros ciegos. No obstante eso se ocupaban de la Torá día y noche; siendo ellos los copiadores de la “shemu`á” uno del otro hasta Moshé nuestro Maestro.
éâ [é] òÇã àÅéîÈúÇé çÇéÌÈá àÈãÈí ìÄìÀîÉã úÌåÉøÈä--òÇã éåÉí îåÉúåÉ, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "åÌôÆï-éÈñåÌøåÌ îÄìÌÀáÈáÀêÈ, ëÌÉì, éÀîÅé çÇéÌÆéêÈ" (ãáøéí ã,è); åÀëÈì æÀîÈï ùÑÆìÌÉà éÇòÀñÉ÷ áÌÀìÄîÌåÌã, äåÌà ùÑåÉëÅçÇ. [éà] åÀçÇéÌÈá ìÀùÑÇìÌÇùÑ àÆú æÀîÈï ìÀîÄéãÈúåÉ: ùÑÀìÄéùÑ áÌÀúåÉøÈä ùÑÆáÌÄëÀúÈá; åÌùÑÀìÄéùÑ áÌÀúåÉøÈä ùÑÆáÌÀòÇì ôÌÆä; åÌùÑÀìÄéùÑ éÈáÄéï åÀéÇùÒÀëÌÄéì àÇçÂøÄéú ãÌÈáÈø îÅøÅàùÑÄéúåÉ, åÀéåÉöÄéà ãÌÈáÈø îÄãÌÈáÈø, åÄéãÇîÌÆä ãÌÈáÈø ìÀãÈáÈø, åÀéÈãÄéï áÌÇîÌÄãÌåÉú ùÑÆäÇúÌåÉøÈä ðÄãÀøÆùÑÆú áÌÈäÆï òÇã ùÑÆéÌÅãÇò äÅéàÇêÀ äåÌà òÄé÷Çø äÇîÌÄãÌåÉú åÀäÅéàÇêÀ éåÉöÄéà äÈàÈñåÌø åÀäÇîÌËúÌÈø åÀëÇéÌåÉöÆà áÌÈäÆï îÄãÌÀáÈøÄéí ùÑÆìÌÈîÇã îÄôÌÄé äÇùÌÑÀîåÌòÈä--åÀòÄðÀéÈï æÆä, äåÌà äÇðÌÄ÷ÀøÈà úÌÇìÀîåÌã. 13 ¿Hasta cúando debe uno estudiar Torá? hasta el día de su muerte, como está escrito: "ni las apartes de tu corazón todos los días de tu vida" (Dt. 4:9) ya que de no ocuparse del estudio, lo olvida. Debiendo dividir su tiempo de estudio en tres: un tercio Torá Escrita, un tercio Torá Oral y un tercio entenderá y discernirá el final de algo a partir de su principio, coligiendo una cosa a partir de otra, asemejando una cosa a otra y juzgando según las reglas de interpretación de la Torá hasta que sepa cúal es su principio y distinga entre lo prohibido y lo permitido y cosas por el estilo que haya aprendido por “shemu`á”. Siendo ésto lo llamado Talmud.
éã [éá] ëÌÅéöÇã: äÈéÈä áÌÇòÇì àËîÌÈðåÌú--éÄäÀéÆä òåÉñÅ÷ áÌÇîÌÀìÈàëÈä ùÑÈìåÉùÑ ùÑÈòåÉú áÌÇéÌåÉí, åÌáÇúÌåÉøÈä úÌÅùÑÇò: àåÉúÈï äÇúÌÅùÑÇò--÷åÉøÆà áÌÀùÑÈìåÉùÑ îÅäÆï, áÌÀúåÉøÈä ùÑÆáÌÄëÀúÈá; åÌáÀùÑÈìåÉùÑ, áÌÀúåÉøÈä ùÑÆáÌÀòÇì ôÌÆä; åÌáÀùÑÈìåÉùÑ, îÄúÀáÌåÉðÅï áÌÀãÇòÀúÌåÉ ìÀäÈáÄéï ãÌÈáÈø îÄãÌÈáÈø. åÀãÄáÀøÅé ÷ÇáÌÈìÈä, áÌÄëÀìÇì úÌåÉøÈä ùÑÆáÌÄëÀúÈá äÆï; åÌôÅøåÌùÑÈï, áÌÄëÀìÇì úÌåÉøÈä ùÑÆáÌÀòÇì ôÌÆä; åÀäÈòÄðÀéÈðåÉú äÇðÌÄ÷ÀøÈàÄéï ôÌÇøÀãÌÅñ, áÌÄëÀìÇì äÇúÌÇìÀîåÌã. 14 ¿Por ejemplo? de ser un artesano se ocupará de su tarea tres horas por día y de la Torá nueve, durante tres de las cuales leerá la Torá Escrita, otras tres la Torá Oral y otras tres reflexionará racionalmente para entender una cosa a partir de otra. Las “Divré Qabalá” son Torá Escrita mientras que su exégesis es Torá Oral. Siendo los asuntos conocidos como “Pardés” parte del Talmud.
èå áÌÇîÌÆä ãÌÀáÈøÄéí àÂîåÌøÄéí, áÌÄúÀçÄìÌÇú úÌÇìÀîåÌãåÉ ùÑÆìÌÈàÈãÈí; àÂáÈì ëÌÀùÑÆéÌÇâÀãÌÄéì áÌÀçÈëÀîÈä åÀìÉà éÄäÀéÆä öÈøÄéêÀ ìÉà ìÄìÀîÉã úÌåÉøÈä ùÑÆáÌÄëÀúÈá, åÀìÉà ìÇòÀñÉ÷ úÌÈîÄéã áÌÀúåÉøÈä ùÑÆáÌÀòÇì ôÌÆä--éÄ÷ÀøÈà áÌÀòÄúÌÄéí îÀæËîÌÈðÄéí úÌåÉøÈä ùÑÆáÌÄëÀúÈá åÀãÄáÀøÅé äÇùÌÑÀîåÌòÈä, ëÌÀãÅé ùÑÆìÌÉà éÄùÑÀëÌÇç ãÌÈáÈø îÄãÌÄáÀøÅé ãÌÄéðÅé úÌåÉøÈä, åÀéÄôÌÈðÆä ëÌÈì éÈîÈéå ìÇúÌÇìÀîåÌã áÌÄìÀáÈã, ìÀôÄé øÉçÇá ìÄáÌåÉ åÀéÄùÌÑåÌá ãÌÇòÀúÌåÉ. 15 ¿A qué se hace referencia? al comienzo del estudio de una persona ya que cuando crezca en sabiduría, no necesitando ya estudiar Torá Escrita ni ocuparse siempre de la Torá Oral, leerá a veces Torá Escrita y “drivré ha-shemu`á” para que no olvide nada de lo concerniente a los “dinim” de la Torá y se dedicará siempre sólo al Talmud según su capacidad de concentración.
èæ [éâ] àÄùÌÑÈä ùÑÆìÌÈîÀãÈä úÌåÉøÈä, éÅùÑ ìÈäÌ ùÒÈëÈø; àÂáÈì àÅéðåÌ ëÌÄùÒÀëÇø äÈàÄéùÑ, îÄôÌÀðÅé ùÑÆìÌÉà ðÄöÀèÇåÌÅéú, åÀëÈì äÈòåÉùÒÆä ãÌÈáÈø ùÑÀàÅéðåÌ îÀöËåÌÆä òÈìÈéå, àÅéï ùÒÀëÈøåÉ ëÌÄùÒÀëÇø äÇîÌÀöËåÌÆä ùÑÆòÈùÒÈä àÅìÈà ôÌÈçåÌú îÄîÌÆðÌåÌ. åÀàÇó òÇì ôÌÄé ùÑÆéÌÅùÑ ìÈäÌ ùÒÈëÈø, öÄåÌåÌ çÂëÈîÄéí ùÑÆìÌÉà éÀìÇîÌÇã àÈãÈí àÆú áÌÄúÌåÉ úÌåÉøÈä: îÄôÌÀðÅé ùÑÆøÉá äÇðÌÈùÑÄéí, àÅéï ãÌÇòÀúÌÈï îÀëËåÌÆðÆú ìÀäÄúÀìÇîÌÇã, åÀäÆï îåÉöÄéàÄéï ãÌÄáÀøÅé úÌåÉøÈä ìÀãÄáÀøÅé äÂáÈàé, ìÀôÄé òÂðÄéÌåÌú ãÌÇòÀúÌÈï. 16 Una mujer que haya aprendido Torá es recompensada, pero no como lo es un varón, debido a que no le fue ordenado, no retribuyéndosele a quien no debe hacer algo como se lo hace con quien debe hacerlo sino su recompensa es menor. A pesar de que se le recompensa, los Sabios ordenaron que un hombre no le enseñe Torá a su hija ya que la mayoría de las mujeres carece de las facultades necesarias para el aprendizaje, convirtiendo al material estudiado en una nadería debido a su escaso discernimiento.
éæ àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, ëÌÈì äÇîÌÀìÇîÌÅã àÆú áÌÄúÌåÉ úÌåÉøÈä, ëÌÀàÄìÌåÌ ìÄîÌÀãÈäÌ úÌÄôÀìåÌú. áÌÇîÌÆä ãÌÀáÈøÄéí àÂîåÌøÄéí, áÌÀúåÉøÈä ùÑÆáÌÀòÇì ôÌÆä. àÂáÈì úÌåÉøÈä ùÑÆáÌÄëÀúÈá, ìÉà éÀìÇîÌÇã àåÉúÈäÌ ìÀëÇúÌÀçÄìÌÈä; åÀàÄí ìÄîÌÀãÈäÌ, àÅéðåÌ ëÌÄîÀìÇîÌÀãÈäÌ úÌÄôÀìåÌú. 17 Dijeron los Sabios: “todo aquel que le enseñare a su hija Torá es como si le enseñase una banalidad”. ¿A qué se hizo referencia? a la Torá Oral, mientras aunque en principio no le enseñará Torá Escrita, de hacerlo no se le considera como enseñarle una banalidad.

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