éÅùÑ áÌÄëÀìÈìÈï ùÑÀìåÉùÑ òÆùÒÀøÅä îÄöÀååÉú--çÈîÅùÑ îÄöÀååÉú òÂùÒÅä, åÌùÑÀîåÉðÆä îÄöÀååÉú ìÉà úÇòÂùÒÆä; åÀæÆä äåÌà ôÌÀøÈèÈï: (à) ãÌÄéï ÷ÄðÀéÇï òÆáÆã òÄáÀøÄé; (á) ùÑÆìÌÉà éÄîÌÈëÅø îÄîÀëÌÆøÆú òÆáÆã; (â) ùÑÆìÌÉà éÇòÂáÄéãÆðÌåÌ áÌÀôÆøÆêÀ; (ã) ùÑÆìÌÉà ðÇðÌÄéçÇ âÌÅø úÌåÉùÑÈá ìÄøÀãÌåÉú áÌåÉ áÌÀôÆøÆêÀ; (ä) ùÑÆìÌÉà ðÇòÂáÉã áÌåÉ òÂáåÉãÇú òÆáÆã; (å) ìÀäÇòÂðÄé÷ ìåÉ áÌÀöÅàúåÉ çÈôÀùÑÄé; (æ) ùÑÆìÌÉà éÅöÅà øÅé÷Èí; (ç) ìÄôÀãÌåÉú àÈîÈä òÄáÀøÄéÌÈä; (è) ìÀéÇòÂãÈäÌ; (é) ùÑÆìÌÉà úÄîÌÈëÅø; (éà) ìÇòÂáÉã áÌÀòÆáÆã ëÌÀðÇòÂðÄé ìÀòåÉìÈí, àÅìÈà àÄí äÄôÌÄéì ìåÉ àÂãåÉðÈéå àÆçÈã îÅøÈàùÑÅé àÅáÈøÈéå; (éá) ùÑÆìÌÉà ìÀäÇñÀâÌÄéø òÆáÆã ùÑÆáÌÈøÇç îÅçåÌöÈä ìÈàÈøÆõ ìÀàÆøÆõ éÄùÒÀøÈàÅì; (éâ) ùÑÆìÌÉà ìÀäåÉðåÉú òÆáÆã æÆä äÇðÌÄöÌåÉì àÅìÅéðåÌ.
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Incluyen trece preceptos, cinco positivos y ocho negativos, a saber: (1)
la ley de la adquisición de un esclavo hebreo; (2)
que no sea vendido como se venden los esclavos; (3)
que no se le haga trabajar extenuantemente; (4)
que no permitamos que un gentil residente le haga trabajar extenuantemente; (5)
que no le utilicemos servilmente; (6)
obsequiarle cuando sea liberado; (7)
que no salga libre carente; (8)
redimir a la esclava hebrea; (9)
destinarla; (10)
que no sea vendida; (11)
servirse de un esclavo canaaneo para siempre a menos que su dueño le hiriera uno de sus miembros principales; (12)
no entregar a un esclavo que huyó del exterior a la Tierra de Israel; (13)
no oprimir a tal esclavo que se ha salvado a expensas nuestras.
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