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à åÇéÌÄøÀâÌÇæ äÇîÌÆìÆêÀ, åÇéÌÇòÇì òÇì-òÂìÄéÌÇú äÇùÌÑÇòÇø--åÇéÌÅáÀêÌÀ; åÀëÉä àÈîÇø áÌÀìÆëÀúÌåÉ, áÌÀðÄé àÇáÀùÑÈìåÉí áÌÀðÄé áÀðÄé àÇáÀùÑÈìåÉí, îÄé-éÄúÌÅï îåÌúÄé àÂðÄé úÇçÀúÌÆéêÈ, àÇáÀùÑÈìåÉí áÌÀðÄé áÀðÄé.
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1 Y DIERON aviso á Joab: He aquí el rey llora, y hace duelo por Absalom.
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á åÇéÌËâÌÇã, ìÀéåÉàÈá: äÄðÌÅä äÇîÌÆìÆêÀ áÌÉëÆä åÇéÌÄúÀàÇáÌÅì, òÇì-àÇáÀùÑÈìåÉí.
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2 Y volvióse aquel día la victoria en luto para todo el pueblo; porque oyó decir el pueblo aquel día que el rey tenía dolor por su hijo.
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â åÇúÌÀäÄé äÇúÌÀùÑËòÈä áÌÇéÌåÉí äÇäåÌà, ìÀàÅáÆì--ìÀëÈì-äÈòÈí: ëÌÄé-ùÑÈîÇò äÈòÈí, áÌÇéÌåÉí äÇäåÌà ìÅàîÉø, ðÆòÁöÇá äÇîÌÆìÆêÀ, òÇì-áÌÀðåÉ.
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3 Entróse el pueblo aquel día en la ciudad escondidamente, como suele entrar á escondidas el pueblo avergonzado que ha huído de la batalla.
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ã åÇéÌÄúÀâÌÇðÌÅá äÈòÈí áÌÇéÌåÉí äÇäåÌà, ìÈáåÉà äÈòÄéø: ëÌÇàÂùÑÆø éÄúÀâÌÇðÌÅá, äÈòÈí äÇðÌÄëÀìÈîÄéí--áÌÀðåÌñÈí, áÌÇîÌÄìÀçÈîÈä.
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4 Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalom, Absalom, hijo mío, hijo mío!
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ä åÀäÇîÌÆìÆêÀ ìÈàÇè àÆú-ôÌÈðÈéå, åÇéÌÄæÀòÇ÷ äÇîÌÆìÆêÀ ÷åÉì âÌÈãåÉì: áÌÀðÄé, àÇáÀùÑÈìåÉí, àÇáÀùÑÈìåÉí, áÌÀðÄé áÀðÄé. {ñ}
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5 Y entrando Joab en casa al rey, díjole: Hoy has avergonzado el rostro de todos tus siervos, que han hoy librado tu vida, y la vida de tus hijos y de tus hijas, y la vida de tus mujeres, y la vida de tus concubinas,
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å åÇéÌÈáÉà éåÉàÈá àÆì-äÇîÌÆìÆêÀ, äÇáÌÈéÄú; åÇéÌÉàîÆø äÉáÇùÑÀúÌÈ äÇéÌåÉí àÆú-ôÌÀðÅé ëÈì-òÂáÈãÆéêÈ, äÇîÀîÇìÌÀèÄéí àÆú-ðÇôÀùÑÀêÈ äÇéÌåÉí, åÀàÅú ðÆôÆùÑ áÌÈðÆéêÈ åÌáÀðÉúÆéêÈ, åÀðÆôÆùÑ ðÈùÑÆéêÈ åÀðÆôÆùÑ ôÌÄìÇâÀùÑÆéêÈ.
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6 Amando á los que te aborrecen, y aborreciendo á los que te aman: porque hoy has declarado que nada te importan tus príncipes y siervos; pues hoy echo de ver que si Absalom viviera, bien que nosotros todos estuviéramos hoy muertos, entonces te contentaras.
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æ ìÀàÇäÂáÈä, àÆú-ùÒÉðÀàÆéêÈ, åÀìÄùÒÀðÉà, àÆú-àÉäÂáÆéêÈ: ëÌÄé äÄâÌÇãÀúÌÈ äÇéÌåÉí, ëÌÄé àÅéï ìÀêÈ ùÒÈøÄéí åÇòÂáÈãÄéí--ëÌÄé éÈãÇòÀúÌÄé äÇéÌåÉí ëÌÄé ìà (ìåÌà) àÇáÀùÑÈìåÉí çÇé åÀëËìÌÈðåÌ äÇéÌåÉí îÅúÄéí, ëÌÄé-àÈæ éÈùÑÈø áÌÀòÅéðÆéêÈ.
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7 Levántate pues ahora, y sal fuera, y halaga á tus siervos: porque juro por Jehová, que si no sales, ni aun uno quede contigo esta noche; y de esto te pesará más que de todos los males que te han sobrevenido desde tu mocedad hasta ahora.
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ç åÀòÇúÌÈä ÷åÌí öÅà, åÀãÇáÌÅø òÇì-ìÅá òÂáÈãÆéêÈ: {ñ} ëÌÄé áÇéäåÈä ðÄùÑÀáÌÇòÀúÌÄé ëÌÄé-àÅéðÀêÈ éåÉöÅà, àÄí-éÈìÄéï àÄéùÑ àÄúÌÀêÈ äÇìÌÇéÀìÈä, åÀøÈòÈä ìÀêÈ æÉàú îÄëÌÈì-äÈøÈòÈä àÂùÑÆø-áÌÈàÈä òÈìÆéêÈ, îÄðÌÀòËøÆéêÈ òÇã-òÈúÌÈä. {ñ}
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8 Entonces se levantó el rey, y sentóse á la puerta; y fué declarado á todo el pueblo, diciendo: He aquí el rey está sentado á la puerta. Y vino todo el pueblo delante del rey; mas Israel había huído, cada uno á sus estancias.
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è åÇéÌÈ÷Èí äÇîÌÆìÆêÀ, åÇéÌÅùÑÆá áÌÇùÌÑÈòÇø; åÌìÀëÈì-äÈòÈí äÄâÌÄéãåÌ ìÅàîÉø, äÄðÌÅä äÇîÌÆìÆêÀ éåÉùÑÅá áÌÇùÌÑÇòÇø, åÇéÌÈáÉà ëÈì-äÈòÈí ìÄôÀðÅé äÇîÌÆìÆêÀ, åÀéÄùÒÀøÈàÅì ðÈñ àÄéùÑ ìÀàÉäÈìÈéå. {ñ}
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9 Y todo el pueblo porfiaba en todas las tribus de Israel, diciendo: El rey nos ha librado de mano de nuestros enemigos, y él nos ha salvado de mano de los Filisteos; y ahora había huído, de la tierra por miedo de Abaslom.
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é åÇéÀäÄé ëÈì-äÈòÈí ðÈãåÉï, áÌÀëÈì-ùÑÄáÀèÅé éÄùÒÀøÈàÅì ìÅàîÉø: äÇîÌÆìÆêÀ äÄöÌÄéìÈðåÌ îÄëÌÇó àÉéÀáÅéðåÌ, åÀäåÌà îÄìÌÀèÈðåÌ îÄëÌÇó ôÌÀìÄùÑÀúÌÄéí, åÀòÇúÌÈä áÌÈøÇç îÄï-äÈàÈøÆõ, îÅòÇì àÇáÀùÑÈìåÉí.
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10 Y Absalom, á quien habíamos ungido sobre nosotros, es muerto en la batalla. ¿Por qué pues os estáis ahora quedos en orden á hacer volver al rey?
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éà åÀàÇáÀùÑÈìåÉí àÂùÑÆø îÈùÑÇçÀðåÌ òÈìÅéðåÌ, îÅú áÌÇîÌÄìÀçÈîÈä; åÀòÇúÌÈä, ìÈîÈä àÇúÌÆí îÇçÂøÄùÑÄéí--ìÀäÈùÑÄéá àÆú-äÇîÌÆìÆêÀ. {ñ}
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11 Y el rey David envió á Sadoc y á Abiathar sacerdotes, diciendo: Hablad á los ancianos de Judá y decidles: ¿Por qué seréis vosotros los postreros en volver el rey á su casa, ya que la palabra de todo Israel ha venido al rey de volverle á su casa?
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éá åÀäÇîÌÆìÆêÀ ãÌÈåÄã, ùÑÈìÇç àÆì-öÈãåÉ÷ åÀàÆì-àÆáÀéÈúÈø äÇëÌÉäÂðÄéí ìÅàîÉø, ãÌÇáÌÀøåÌ àÆì-æÄ÷ÀðÅé éÀäåÌãÈä ìÅàîÉø, ìÈîÌÈä úÄäÀéåÌ àÇçÂøÉðÄéí ìÀäÈùÑÄéá àÆú-äÇîÌÆìÆêÀ àÆì-áÌÅéúåÉ; åÌãÀáÇø, ëÌÈì-éÄùÒÀøÈàÅì, áÌÈà àÆì-äÇîÌÆìÆêÀ, àÆì-áÌÅéúåÉ.
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12 Vosotros sois mis hermanos; mis huesos y mi carne sois: ¿por qué pues seréis vosotros los postreros en volver al rey?
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éâ àÇçÇé àÇúÌÆí, òÇöÀîÄé åÌáÀùÒÈøÄé àÇúÌÆí; åÀìÈîÌÈä úÄäÀéåÌ àÇçÂøÉðÄéí, ìÀäÈùÑÄéá àÆú-äÇîÌÆìÆêÀ.
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13 Asimismo diréis á Amasa: ¿No eres tú también hueso mío y carne mía? Así me haga Dios, y así me añada, si no fueres general del ejército delante de mí para siempre, en lugar de Joab.
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éã åÀìÇòÂîÈùÒÈà, úÌÉîÀøåÌ, äÂìåÉà òÇöÀîÄé åÌáÀùÒÈøÄé, àÈúÌÈä; ëÌÉä éÇòÂùÒÆä-ìÌÄé àÁìÉäÄéí, åÀëÉä éåÉñÄéó, àÄí-ìÉà ùÒÇø-öÈáÈà úÌÄäÀéÆä ìÀôÈðÇé ëÌÈì-äÇéÌÈîÄéí, úÌÇçÇú éåÉàÈá.
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14 Así inclinó el corazón de todos los varones de Judá, como el de un solo hombre, para que enviasen á decir al rey: Vuelve tú, y todos tus siervos.
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èå åÇéÌÇè àÆú-ìÀáÇá ëÌÈì-àÄéùÑ-éÀäåÌãÈä, ëÌÀàÄéùÑ àÆçÈã; åÇéÌÄùÑÀìÀçåÌ, àÆì-äÇîÌÆìÆêÀ, ùÑåÌá àÇúÌÈä, åÀëÈì-òÂáÈãÆéêÈ.
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15 Volvió pues el rey, y vino hasta el Jordán. Y Judá vino á Gilgal, á recibir al rey y pasarlo el Jordán.
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èæ åÇéÌÈùÑÈá äÇîÌÆìÆêÀ, åÇéÌÈáÉà òÇã-äÇéÌÇøÀãÌÅï; åÄéäåÌãÈä áÌÈà äÇâÌÄìÀâÌÈìÈä, ìÈìÆëÆú ìÄ÷ÀøÇàú äÇîÌÆìÆêÀ, ìÀäÇòÂáÄéø àÆú-äÇîÌÆìÆêÀ, àÆú-äÇéÌÇøÀãÌÅï.
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16 Y Semei hijo de Gera, hijo de Benjamín, que era de Bahurim, dióse priesa á venir con los hombres de Judá á recibir al rey David;
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éæ åÇéÀîÇäÅø, ùÑÄîÀòÄé áÆï-âÌÅøÈà áÌÆï-äÇéÀîÄéðÄé, àÂùÑÆø, îÄáÌÇçåÌøÄéí; åÇéÌÅøÆã òÄí-àÄéùÑ éÀäåÌãÈä, ìÄ÷ÀøÇàú äÇîÌÆìÆêÀ ãÌÈåÄã.
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17 Y con él venían mil hombres de Benjamín; asimismo Siba criado de la casa de Saúl, con sus quince hijos y sus veinte siervos, los cuales pasaron el Jordán delante del rey.
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éç åÀàÆìÆó àÄéùÑ òÄîÌåÉ, îÄáÌÄðÀéÈîÄï, åÀöÄéáÈà ðÇòÇø áÌÅéú ùÑÈàåÌì, åÇçÂîÅùÑÆú òÈùÒÈø áÌÈðÈéå åÀòÆùÒÀøÄéí òÂáÈãÈéå àÄúÌåÉ; åÀöÈìÀçåÌ äÇéÌÇøÀãÌÅï, ìÄôÀðÅé äÇîÌÆìÆêÀ.
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18 Atravesó después la barca para pasar la familia del rey, y para hacer lo que le pluguiera. Entonces Semei hijo de Gera se postró delante del rey cuando él había pasado el Jordán.
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éè åÀòÈáÀøÈä äÈòÂáÈøÈä, ìÇòÂáÄéø àÆú-áÌÅéú äÇîÌÆìÆêÀ, åÀìÇòÂùÒåÉú äÇèÌåÉá, áÌÀòÅéðÈå; åÀùÑÄîÀòÄé áÆï-âÌÅøÈà, ðÈôÇì ìÄôÀðÅé äÇîÌÆìÆêÀ, áÌÀòÈáÀøåÉ, áÌÇéÌÇøÀãÌÅï.
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19 Y dijo al rey: No me impute mi señor iniquidad, ni tengas memoria de los males que tu siervo hizo el día que mi señor el rey salió de Jerusalem, para guardarlos el rey en su corazón;
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ë åÇéÌÉàîÆø àÆì-äÇîÌÆìÆêÀ, àÇì-éÇçÂùÑÈá-ìÄé àÂãÉðÄé òÈåÉï, åÀàÇì-úÌÄæÀëÌÉø àÅú àÂùÑÆø äÆòÁåÈä òÇáÀãÌÀêÈ, áÌÇéÌåÉí àÂùÑÆø-éÈöÈà àÂãÉðÄé-äÇîÌÆìÆêÀ îÄéøåÌùÑÈìÈÄí--ìÈùÒåÌí äÇîÌÆìÆêÀ, àÆì-ìÄáÌåÉ.
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20 Porque yo tu siervo conozco haber pecado, y he venido hoy el primero de toda la casa de José, para descender á recibir á mi señor el rey.
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ëà ëÌÄé éÈãÇò òÇáÀãÌÀêÈ, ëÌÄé àÂðÄé çÈèÈàúÄé; åÀäÄðÌÅä-áÈàúÄé äÇéÌåÉí, øÄàùÑåÉï ìÀëÈì-áÌÅéú éåÉñÅó, ìÈøÆãÆú, ìÄ÷ÀøÇàú àÂãÉðÄé äÇîÌÆìÆêÀ. {ñ}
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21 Y Abisai hijo de Sarvia responidió y dijo: ¿No ha de morir por esto Semei, que maldijo al ungido de Jehová?
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ëá åÇéÌÇòÇï àÂáÄéùÑÇé áÌÆï-öÀøåÌéÈä, åÇéÌÉàîÆø, äÂúÇçÇú æÉàú, ìÉà éåÌîÇú ùÑÄîÀòÄé: ëÌÄé ÷ÄìÌÅì, àÆú-îÀùÑÄéçÇ éÀäåÈä. {ñ}
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22 David entonces dijo: ¿Qué tenéis vosotros conmigo, hijos de Sarvia, que me habéis de ser hoy adversarios? ¿ha de morir hoy alguno en Israel? ¿no conozco yo que hoy soy rey sobre Israel?
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ëâ åÇéÌÉàîÆø ãÌÈåÄã, îÇä-ìÌÄé åÀìÈëÆí áÌÀðÅé öÀøåÌéÈä--ëÌÄé-úÄäÀéåÌ-ìÄé äÇéÌåÉí, ìÀùÒÈèÈï; äÇéÌåÉí, éåÌîÇú àÄéùÑ áÌÀéÄùÒÀøÈàÅì--ëÌÄé äÂìåÉà éÈãÇòÀúÌÄé, ëÌÄé äÇéÌåÉí àÂðÄé-îÆìÆêÀ òÇì-éÄùÒÀøÈàÅì.
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23 Y dijo el rey á Semei: No morirás. Y el rey se lo juró.
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ëã åÇéÌÉàîÆø äÇîÌÆìÆêÀ àÆì-ùÑÄîÀòÄé, ìÉà úÈîåÌú; åÇéÌÄùÌÑÈáÇò ìåÉ, äÇîÌÆìÆêÀ. {ñ}
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24 También Mephi-boseth hijo de Saúl descendió á recibir al rey: no había lavado sus pies, ni había cortado su barba, ni tampoco había lavado sus vestidos, desde el día que el rey salió hasta el día que vino en paz.
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ëä åÌîÀôÄáÉùÑÆú, áÌÆï-ùÑÈàåÌì, éÈøÇã, ìÄ÷ÀøÇàú äÇîÌÆìÆêÀ; åÀìÉà-òÈùÒÈä øÇâÀìÈéå åÀìÉà-òÈùÒÈä ùÒÀôÈîåÉ, åÀàÆú-áÌÀâÈãÈéå ìÉà ëÄáÌÅñ, ìÀîÄï-äÇéÌåÉí ìÆëÆú äÇîÌÆìÆêÀ, òÇã-äÇéÌåÉí àÂùÑÆø-áÌÈà áÀùÑÈìåÉí.
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25 Y luego que vino él á Jerusalem á recibir al rey, el rey le dijo: Mephi-boseth, ¿Por qué no fuiste conmigo?
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ëå åÇéÀäÄé ëÌÄé-áÈà éÀøåÌùÑÈìÇÄí, ìÄ÷ÀøÇàú äÇîÌÆìÆêÀ; åÇéÌÉàîÆø ìåÉ äÇîÌÆìÆêÀ, ìÈîÌÈä ìÉà-äÈìÇëÀúÌÈ òÄîÌÄé îÀôÄéáÉùÑÆú.
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26 Y él dijo: Rey señor mío, mi siervo me ha engañado; pues había tu siervo dicho: Enalbardaré un asno, y subiré en él, é iré al rey; porque tu siervo es cojo.
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ëæ åÇéÌÉàîÇø, àÂãÉðÄé äÇîÌÆìÆêÀ òÇáÀãÌÄé øÄîÌÈðÄé: ëÌÄé-àÈîÇø òÇáÀãÌÀêÈ àÆçÀáÌÀùÑÈä-ìÌÄé äÇçÂîåÉø åÀàÆøÀëÌÇá òÈìÆéäÈ, åÀàÅìÅêÀ àÆú-äÇîÌÆìÆêÀ--ëÌÄé ôÄñÌÅçÇ, òÇáÀãÌÆêÈ.
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27 Empero él revolvió á tu siervo delante de mi señor el rey; mas mi señor el rey es como un ángel de Dios: haz pues lo que bien te pareciere.
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ëç åÇéÀøÇâÌÅì áÌÀòÇáÀãÌÀêÈ, àÆì-àÂãÉðÄé äÇîÌÆìÆêÀ; åÇàãÉðÄé äÇîÌÆìÆêÀ ëÌÀîÇìÀàÇêÀ äÈàÁìÉäÄéí, åÇòÂùÒÅä äÇèÌåÉá áÌÀòÅéðÆéêÈ.
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28 Porque toda la casa de mi padre era digna de muerte delante de mi señor el rey, y tú pusiste á tu siervo entre los convidados de tu mesa. ¿Qué derecho pues tengo aún para quejarme más contra el rey?
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ëè ëÌÄé ìÉà äÈéÈä ëÌÈì-áÌÅéú àÈáÄé, ëÌÄé àÄí-àÇðÀùÑÅé-îÈåÆú ìÇàãÉðÄé äÇîÌÆìÆêÀ, åÇúÌÈùÑÆú àÆú-òÇáÀãÌÀêÈ, áÌÀàÉëÀìÅé ùÑËìÀçÈðÆêÈ; åÌîÇä-éÌÆùÑ-ìÄé òåÉã öÀãÈ÷Èä, åÀìÄæÀòÉ÷ òåÉã àÆì-äÇîÌÆìÆêÀ. {ô}
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29 Y el rey le dijo: ¿Para qué hablas más palabras? Yo he determinado que tú y Siba partáis las tierras.
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ì åÇéÌÉàîÆø ìåÉ äÇîÌÆìÆêÀ, ìÈîÌÈä úÌÀãÇáÌÅø òåÉã ãÌÀáÈøÆéêÈ; àÈîÇøÀúÌÄé--àÇúÌÈä åÀöÄéáÈà, úÌÇçÀìÀ÷åÌ àÆú-äÇùÌÒÈãÆä.
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30 Y Mephi-boseth dijo al rey: Y aun tómelas él todas, pues que mi señor el rey ha vuelto en paz á su casa.
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ìà åÇéÌÉàîÆø îÀôÄéáÉùÑÆú àÆì-äÇîÌÆìÆêÀ, âÌÇí àÆú-äÇëÌÉì éÄ÷ÌÈç: àÇçÂøÅé àÂùÑÆø-áÌÈà àÂãÉðÄé äÇîÌÆìÆêÀ, áÌÀùÑÈìåÉí--àÆì-áÌÅéúåÉ. {ñ}
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31 También Barzillai Galaadita descendió de Rogelim, y pasó el Jordán con el rey, para acompañarle de la otra parte del Jordán.
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ìá åÌáÇøÀæÄìÌÇé, äÇâÌÄìÀòÈãÄé, éÈøÇã, îÅøÉâÀìÄéí; åÇéÌÇòÂáÉø àÆú-äÇîÌÆìÆêÀ äÇéÌÇøÀãÌÅï, ìÀùÑÇìÌÀçåÉ àÆú-áéøãï (äÇéÌÇøÀãÌÅï).
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32 Y era Barzillai muy viejo, de ochenta años, el cual había dado provisión al rey cuando estaba en Mahanaim, porque era hombre muy rico.
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ìâ åÌáÇøÀæÄìÌÇé æÈ÷Åï îÀàÉã, áÌÆï-ùÑÀîÉðÄéí ùÑÈðÈä; åÀäåÌà-ëÄìÀëÌÇì àÆú-äÇîÌÆìÆêÀ áÀùÑÄéáÈúåÉ áÀîÇçÂðÇéÄí, ëÌÄé-àÄéùÑ âÌÈãåÉì äåÌà îÀàÉã.
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33 Y el rey dijo á Barzillai: Pasa conmigo, y yo te daré de comer conmigo en Jerusalem.
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ìã åÇéÌÉàîÆø äÇîÌÆìÆêÀ, àÆì-áÌÇøÀæÄìÌÈé: àÇúÌÈä òÂáÉø àÄúÌÄé, åÀëÄìÀëÌÇìÀúÌÄé àÉúÀêÈ òÄîÌÈãÄé áÌÄéøåÌùÑÈìÈÄí.
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34 Mas Barzillai dijo al rey: ¿Cuántos son los días del tiempo de mi vida, para que yo suba con el rey á Jerusalem?
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ìä åÇéÌÉàîÆø áÌÇøÀæÄìÌÇé, àÆì-äÇîÌÆìÆêÀ: ëÌÇîÌÈä, éÀîÅé ùÑÀðÅé çÇéÌÇé, ëÌÄé-àÆòÁìÆä àÆú-äÇîÌÆìÆêÀ, éÀøåÌùÑÈìÈÄí.
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35 Yo soy hoy día de edad de ochenta años, que ya no haré diferencia entre lo bueno y lo malo: ¿tomará gusto ahora tu siervo en lo que comiere ó bebiere? ¿oiré más la voz de los cantores y de las cantoras? ¿para qué, pues, sería aún tu siervo molesto á mi señor el rey?
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ìå áÌÆï-ùÑÀîÉðÄéí ùÑÈðÈä àÈðÉëÄé äÇéÌåÉí äÇàÅãÇò áÌÅéï-èåÉá ìÀøÈò, àÄí-éÄèÀòÇí òÇáÀãÌÀêÈ àÆú-àÂùÑÆø àÉëÇì åÀàÆú-àÂùÑÆø àÆùÑÀúÌÆä, àÄí-àÆùÑÀîÇò òåÉã, áÌÀ÷åÉì ùÑÈøÄéí åÀùÑÈøåÉú; åÀìÈîÌÈä éÄäÀéÆä òÇáÀãÌÀêÈ òåÉã ìÀîÇùÌÒÈà, àÆì-àÂãÉðÄé äÇîÌÆìÆêÀ.
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36 Pasará tu siervo un poco el Jordán con el rey: ¿por qué me ha de dar el rey tan grande recompensa?
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ìæ ëÌÄîÀòÇè éÇòÂáÉø òÇáÀãÌÀêÈ, àÆú-äÇéÌÇøÀãÌÅï--àÆú-äÇîÌÆìÆêÀ; åÀìÈîÌÈä éÄâÀîÀìÅðÄé äÇîÌÆìÆêÀ, äÇâÌÀîåÌìÈä äÇæÌÉàú.
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37 Yo te ruego que dejes volver á tu siervo, y que muera en mi ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. He aquí tu siervo Chimham; que pase él con mi señor el rey, y hazle lo que bien te pareciere.
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ìç éÈùÑÈá-ðÈà òÇáÀãÌÀêÈ åÀàÈîËú áÌÀòÄéøÄé, òÄí ÷ÆáÆø àÈáÄé åÀàÄîÌÄé; åÀäÄðÌÅä òÇáÀãÌÀêÈ ëÄîÀäÈí, éÇòÂáÉø òÄí-àÂãÉðÄé äÇîÌÆìÆêÀ, åÇòÂùÒÅä-ìåÉ, àÅú àÂùÑÆø-èåÉá áÌÀòÅéðÆéêÈ. {ñ}
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38 Y el rey dijo: Pues pase conmigo Chimham, y yo haré con él como bien te parezca: y todo lo que tú pidieres de mí, yo lo haré.
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ìè åÇéÌÉàîÆø äÇîÌÆìÆêÀ, àÄúÌÄé éÇòÂáÉø ëÌÄîÀäÈí, åÇàÂðÄé àÆòÁùÒÆä-ìÌåÉ, àÆú-äÇèÌåÉá áÌÀòÅéðÆéêÈ; åÀëÉì àÂùÑÆø-úÌÄáÀçÇø òÈìÇé, àÆòÁùÒÆä-ìÌÈêÀ.
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39 Y todo el pueblo pasó el Jordán: y luego que el rey hubo también pasado, el rey besó á Barzillai, y bendíjolo; y él se volvió á su casa.
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î åÇéÌÇòÂáÉø ëÌÈì-äÈòÈí àÆú-äÇéÌÇøÀãÌÅï, åÀäÇîÌÆìÆêÀ òÈáÈø; åÇéÌÄùÌÑÇ÷ äÇîÌÆìÆêÀ ìÀáÇøÀæÄìÌÇé åÇéÀáÈøÀëÅäåÌ, åÇéÌÈùÑÈá ìÄîÀ÷ÉîåÉ. {ñ}
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40 El rey entonces pasó á Gilgal, y con él pasó Chimham; y todo el pueblo de Judá, con la mitad del pueblo de Israel, pasaron al rey.
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îà åÇéÌÇòÂáÉø äÇîÌÆìÆêÀ äÇâÌÄìÀâÌÈìÈä, åÀëÄîÀäÈï òÈáÇø òÄîÌåÉ; åÀëÈì-òÇí éÀäåÌãÈä, åéòáøå (äÆòÁáÄøåÌ) àÆú-äÇîÌÆìÆêÀ, åÀâÇí, çÂöÄé òÇí éÄùÒÀøÈàÅì.
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41 Y he aquí todos los varones de Israel vinieron al rey, y le dijeron: ¿Por qué los hombres de Judá, nuestros hermanos, te han llevado, y han hecho pasar el Jordán al rey y á su familia, y á todos los varones de David con él?
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îá åÀäÄðÌÅä ëÌÈì-àÄéùÑ éÄùÒÀøÈàÅì, áÌÈàÄéí àÆì-äÇîÌÆìÆêÀ; åÇéÌÉàîÀøåÌ àÆì-äÇîÌÆìÆêÀ îÇãÌåÌòÇ âÌÀðÈáåÌêÈ àÇçÅéðåÌ àÄéùÑ éÀäåÌãÈä, åÇéÌÇòÂáÄøåÌ àÆú-äÇîÌÆìÆêÀ åÀàÆú-áÌÅéúåÉ àÆú-äÇéÌÇøÀãÌÅï, åÀëÈì-àÇðÀùÑÅé ãÈåÄã, òÄîÌåÉ. {ñ}
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42 Y todos los varones de Judá respondieron á todos los de Israel: Porque el rey es nuestro pariente. Mas ¿por qué os enojáis vosotros de eso? ¿hemos nosotros comido algo del rey? ¿hemos recibido de él algún don?
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îâ åÇéÌÇòÇï ëÌÈì-àÄéùÑ éÀäåÌãÈä òÇì-àÄéùÑ éÄùÒÀøÈàÅì, ëÌÄé-÷ÈøåÉá äÇîÌÆìÆêÀ àÅìÇé, åÀìÈîÌÈä æÌÆä çÈøÈä ìÀêÈ, òÇì-äÇãÌÈáÈø äÇæÌÆä: äÆàÈëåÉì àÈëÇìÀðåÌ îÄï-äÇîÌÆìÆêÀ, àÄí-ðÄùÌÒÅàú ðÄùÌÒÈà ìÈðåÌ. {ñ}
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43 Entonces respondieron los varones de Israel, y dijeron á los de Judá: Nosotros tenemos en el rey diez partes, y en el mismo David más que vosotros: ¿por qué pues nos habéis tenido en poco? ¿no hablamos nosotros primero en volver á nuestro rey? Y el razonamiento de los varones de Judá fué más fuerte que el de los varones de Israel.
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îã åÇéÌÇòÇï àÄéùÑ-éÄùÒÀøÈàÅì àÆú-àÄéùÑ éÀäåÌãÈä åÇéÌÉàîÆø, òÆùÒÆø-éÈãåÉú ìÄé áÇîÌÆìÆêÀ åÀâÇí-áÌÀãÈåÄã àÂðÄé îÄîÌÀêÈ, åÌîÇãÌåÌòÇ äÁ÷ÄìÌÉúÇðÄé, åÀìÉà-äÈéÈä ãÀáÈøÄé øÄàùÑåÉï ìÄé ìÀäÈùÑÄéá àÆú-îÇìÀëÌÄé; åÇéÌÄ÷ÆùÑ ãÌÀáÇø-àÄéùÑ éÀäåÌãÈä, îÄãÌÀáÇø àÄéùÑ éÄùÒÀøÈàÅì. {ñ}
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