Indice

Eclesiastés 6

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

à éÅùÑ øÈòÈä, àÂùÑÆø øÈàÄéúÄé úÌÇçÇú äÇùÌÑÈîÆùÑ; åÀøÇáÌÈä äÄéà, òÇì-äÈàÈãÈí. 1 HAY un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres:
á àÄéùÑ àÂùÑÆø éÄúÌÆï-ìåÉ äÈàÁìÉäÄéí òÉùÑÆø åÌðÀëÈñÄéí åÀëÈáåÉã åÀàÅéðÆðÌåÌ çÈñÅø ìÀðÇôÀùÑåÉ îÄëÌÉì àÂùÑÆø-éÄúÀàÇåÌÆä, åÀìÉà-éÇùÑÀìÄéèÆðÌåÌ äÈàÁìÉäÄéí ìÆàÁëÉì îÄîÌÆðÌåÌ--ëÌÄé àÄéùÑ ðÈëÀøÄé, éÉàëÀìÆðÌåÌ:  æÆä äÆáÆì åÈçÃìÄé øÈò, äåÌà. 2 Hombre á quien Dios dió riquezas, y hacienda, y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; mas Dios no le dió facultad de comer de ello, sino que los extraños se lo comen.  Esto vanidad es, y enfermedad trabajosa.
â àÄí-éåÉìÄéã àÄéùÑ îÅàÈä åÀùÑÈðÄéí øÇáÌåÉú éÄçÀéÆä åÀøÇá ùÑÆéÌÄäÀéåÌ éÀîÅé-ùÑÈðÈéå, åÀðÇôÀùÑåÉ ìÉà-úÄùÒÀáÌÇò îÄï-äÇèÌåÉáÈä, åÀâÇí-÷ÀáåÌøÈä, ìÉà-äÈéÀúÈä ìÌåÉ--àÈîÇøÀúÌÄé, èåÉá îÄîÌÆðÌåÌ äÇðÌÈôÆì. 3 Si el hombre engendrare ciento, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se hartó del bien, y también careció de sepultura, yo digo que el abortivo es mejor que él.
ã ëÌÄé-áÇäÆáÆì áÌÈà, åÌáÇçÉùÑÆêÀ éÅìÅêÀ; åÌáÇçÉùÑÆêÀ, ùÑÀîåÉ éÀëËñÌÆä. 4 Porque en vano vino, y á tinieblas va, y con tinieblas será cubierto su nombre.
ä âÌÇí-ùÑÆîÆùÑ ìÉà-øÈàÈä, åÀìÉà éÈãÈò; ðÇçÇú ìÈæÆä, îÄæÌÆä. 5 Aunque no haya visto el sol, ni conocido nada, más reposo tiene éste que aquél.
å åÀàÄìÌåÌ çÈéÈä, àÆìÆó ùÑÈðÄéí ôÌÇòÂîÇéÄí, åÀèåÉáÈä, ìÉà øÈàÈä--äÂìÉà àÆì-îÈ÷åÉí àÆçÈã, äÇëÌÉì äåÉìÅêÀ. 6 Porque si viviere aquel mil años dos veces, si no ha gozado del bien, cierto todos van á un lugar.
æ ëÌÈì-òÂîÇì äÈàÈãÈí, ìÀôÄéäåÌ; åÀâÇí-äÇðÌÆôÆùÑ, ìÉà úÄîÌÈìÅà. 7 Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo eso su alma no se harta.
ç ëÌÄé îÇä-éÌåÉúÅø ìÆçÈëÈí, îÄï-äÇëÌÀñÄéì; îÇä-ìÌÆòÈðÄé éåÉãÅòÇ, ìÇäÂìÉêÀ ðÆâÆã äÇçÇéÌÄéí. 8 Porque ¿qué más tiene el sabio que el necio? ¿qué más tiene el pobre que supo caminar entre los vivos?
è èåÉá îÇøÀàÅä òÅéðÇéÄí, îÅäÂìÈêÀ-ðÈôÆùÑ; âÌÇí-æÆä äÆáÆì, åÌøÀòåÌú øåÌçÇ. 9 Más vale vista de ojos que deseo que pasa.  Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu.
é îÇä-ùÌÑÆäÈéÈä, ëÌÀáÈø ðÄ÷ÀøÈà ùÑÀîåÉ, åÀðåÉãÈò, àÂùÑÆø-äåÌà àÈãÈí; åÀìÉà-éåÌëÇì ìÈãÄéï, òÄí ùÑÆúÌÇ÷ÌÄéó îÄîÌÆðÌåÌ. 10 El que es, ya su nombre ha sido nombrado; y se sabe que es hombre, y que no podrá contender con el que es más fuerte que él.
éà ëÌÄé éÅùÑ-ãÌÀáÈøÄéí äÇøÀáÌÅä, îÇøÀáÌÄéí äÈáÆì; îÇä-éÌÉúÅø, ìÈàÈãÈí. 11 Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad.  ¿Qué más tiene el hombre?
éá ëÌÄé îÄé-éåÉãÅòÇ îÇä-èÌåÉá ìÈàÈãÈí áÌÇçÇéÌÄéí, îÄñÀôÌÇø éÀîÅé-çÇéÌÅé äÆáÀìåÉ--åÀéÇòÂùÒÅí ëÌÇöÌÅì:  àÂùÑÆø îÄé-éÇâÌÄéã ìÈàÈãÈí, îÇä-éÌÄäÀéÆä àÇçÂøÈéå úÌÇçÇú äÇùÌÑÈîÆùÑ. 12 Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?

 

Indice

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12