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äÄìÀëÌåÉú úÌÇìÀîåÌã úÌåÉøÈä Las Leyes del Estudio de la Torá

ôÌÅøÆ÷ â Capítulo Tres

à áÌÄùÑÀìåÉùÑÈä ëÌÀúÈøÄéí ðÄëÀúÌÀøåÌ éÄùÒÀøÈàÅì--ëÌÆúÆø úÌåÉøÈä, åÀëÆúÆø ëÌÀäËðÌÈä, åÀëÆúÆø îÇìÀëåÌú: ëÌÆúÆø ëÌÀäËðÌÈä--æÈëÈä áÌåÉ àÇäÂøåÉï, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "åÀäÈéÀúÈä ìÌåÉ åÌìÀæÇøÀòåÉ àÇçÂøÈéå, áÌÀøÄéú ëÌÀäËðÌÇú òåÉìÈí" (áîãáø ëä,éâ). ëÌÆúÆø îÇìÀëåÌú--æÈëÈä áÌåÉ ãÌÈåÄéã, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "æÇøÀòåÉ, ìÀòåÉìÈí éÄäÀéÆä; åÀëÄñÀàåÉ ëÌÇùÌÑÆîÆùÑ, ðÆâÀãÌÄé" (úäéìéí ôè,ìæ). ëÌÆúÆø úÌåÉøÈä--äÂøÅé äåÌà îËðÌÈç åÀòåÉîÅã åÌîåÌëÈï ìÇëÌÉì, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "îåÉøÈùÑÈä, ÷ÀäÄìÌÇú éÇòÂ÷Éá" (ãáøéí ìâ,ã): ëÌÈì îÄé ùÑÆéÌÄøÀöÆä, éÈáåÉà åÀéÄèÌÉì. 1 Israel fue coronado con tres coronas: la de la Torá, la de la Kehuná y la de la realeza. A Aharón le fue acreditada la de la Kehuná, como está escrito: "Le será a él, y a su descendencia, por pacto de eterna Kehuná" (Nm. 25:13). A David le fue acreditada la de la realeza, como está escrito: "Su simiente por siempre será y su trono como el sol ante mí" (Sal. 89:37). La de la Torá se hallá dispuesta y lista para todos, como está escrito: "La Ley acerca de la cual nos ordenara Moshé" (Dt. 33:4). Quien la quiera que se acerque y la tome.
á ùÑÆîÌÆà úÌÉàîÇø ùÑÆàåÉúÈï äÇëÌÀúÈøÄéí âÌÀãåÉìÄéí îÄëÌÆúÆø úÌåÉøÈä, äÂøÅé äåÌà àåÉîÅø "áÌÄé, îÀìÈëÄéí éÄîÀìÉëåÌ; åÀøÉæÀðÄéí, éÀçÉ÷À÷åÌ öÆãÆ÷. áÌÄé, ùÒÈøÄéí éÈùÒÉøåÌ" (îùìé ç,èå-èæ). äÇà ìÈîÇãÀúÌÈ, ùÑÆëÌÆúÆø äÇúÌåÉøÈä âÌÈãåÉì îÄëÌÆúÆø ëÌÀäËðÌÈä åÀëÆúÆø îÇìÀëåÌú. [á] àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, îÇîÀæÅø úÌÇìÀîÄéã çÂëÈîÄéí ÷åÉãÅí ìÀëåÉäÅï âÌÈãåÉì òÇí äÈàÈøÆõ: ùÑÆðÌÆàÁîÈø "éÀ÷ÈøÈä äÄéà, îÄôÌÀðÄéðÄéí" (îùìé â,èå)--éÀ÷ÈøÈä äÄéà îÄëÌåÉäÅï âÌÈãåÉì, ùÑÆðÌÄëÀðÈñ ìÄôÀðÇé ìÄôÀðÄéí. 2 Para que no sea cosa que digas que tales coronas son mayores que la de la Torá dice Él: "Causo que los reyes reinen; que los príncipes legislen justicia. Causo que los ministros ministren" (Pv. 8:15-16). De lo dicho has aprendido que la corona de la Torá es mayor que la de la Kehuná y la de la realeza. Dijeron los Sabios que un talmid jakhamim “mamzer” precede a un Sumo Sacerdote ignorante, como está escrito: "Es más valiosa que las perlas" (Pv. 3:15). Ella es más preciosa que un Sumo Sacerdote que entra muy adentro.
â àÅéï ìÈêÀ îÄöÀåÈä áÌÀëÈì äÇîÌÄöÀååÉú ëÌËìÌÈï ùÑÀäÄéà ùÑÀ÷åÌìÈä ëÌÀðÆâÆã úÌÇìÀîåÌã úÌåÉøÈä, àÅìÈà úÌÇìÀîåÌã úÌåÉøÈä ëÌÀðÆâÆã ëÌÈì äÇîÌÄöÀååÉú ëÌËìÌÈï--ùÑÆäÇúÌÇìÀîåÌã îÅáÄéà ìÄéãÅé îÇòÂùÒÆä. ìÀôÄéëÌÈêÀ äÇúÌÇìÀîåÌã ÷åÉãÅí ìÀîÇòÂùÒÆä, áÌÀëÈì îÈ÷åÉí: [ã] äÈéÈä ìÀôÈðÈéå òÂùÒÄéÌÇú îÄöÀåÈä åÀúÇìÀîåÌã úÌåÉøÈä--àÄí àÄôÀùÑÈø ìÇîÌÄöÀåÈä ìÀäÅòÈùÒåÉú òÇì éÀãÅé àÂçÅøÄéí, ìÉà éÇôÀñÄé÷ úÌÇìÀîåÌãåÉ; åÀàÄí ìÈàå, éÇòÂùÒÆä äÇîÌÄöÀåÈä åÀéÇçÀæÉø ìÀúåÉøÈúåÉ. 3 No hay ningún Precepto equiparable al estudio de la Torá ya que él antecede a todos los Preceptos debido a que el estudio es el que lleva a la práctica. Por lo tanto el estudio antecede a la práctica en toda situación. De tener ante sí un Precepto para cumplir y el estudio de la Torá; si es posible que tal Precepto sea cumplido por otros no ha de interrumpir su estudio, de no se así, cumplirá con el Precepto y volverá a estudiar.
ã [ä] úÌÀçÄìÌÇú ãÌÄéðåÉ ùÑÆìÌÈàÈãÈí, àÅéðåÌ ðÄãÌåÉï àÅìÈà òÇì äÇúÌÇìÀîåÌã, åÀàÇçÇø ëÌÈêÀ, òÇì ùÑÀàÈø îÇòÂùÒÈéå; ìÀôÄéëÌÈêÀ àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, ìÀòåÉìÈí éÇòÀñÉ÷ àÈãÈí áÌÇúÌåÉøÈä, àÇôÄìÌåÌ ùÑÆìÌÉà ìÄùÑÀîÈäÌ--ùÑÆîÌÄúÌåÉêÀ ùÑÆìÌÉà ìÄùÑÀîÈäÌ, áÌÈà ìÄùÑÀîÈäÌ. 4 Al principiar el juicio de una persona no se le juzga sino acerca de su estudio, luego acerca del resto de sus actos; por lo tanto dijeron los Sabios: “siempre ha de ocuparse uno de la Torá aunque ella no sea su fin ya que incluso en tal caso ha convertírsele en su meta.
ä [å] îÄé ùÑÆðÌÀùÒÈàåÉ ìÄáÌåÉ ìÀ÷ÇéÌÇí îÄöÀåÈä æåÉ ëÌÈøÈàåÌé ìÈäÌ, åÀìÄäÀéåÉú îËëÀúÌÈø áÌÀëÄúÀøÈäÌ ùÑÆìÌÇúÌåÉøÈä--ìÉà éÇñÌÄéçÇ ãÌÇòÀúÌåÉ ìÄãÀáÈøÄéí àÂçÅøÄéí, åÀìÉà éÈùÒÄéí òÇì ìÄáÌåÉ ùÑÆéÌÄ÷ÀðÆä úÌåÉøÈä òÄí äÈòÉùÑÆø åÀäÇëÌÈáåÉã ëÌÀàÆçÈã. ëÌÈêÀ äåÌà ãÌÇøÀëÌÈäÌ ùÑÆìÌÇúÌåÉøÈä: ôÌÇú áÌÀîÆìÇç úÌÉàëÇì, åÀòÇì äÈàÈøÆõ úÌÄéùÑÇï, åÀçÇéÌÅé öÇòÇø úÌÄçÀéÆä, åÌáÇúÌåÉøÈä àÇúÌÈä òÈîÅì. åÀìÉà òÈìÆéêÈ ëÌÈì äÇîÌÀìÈàëÈä ìÄâÀîÉø, åÀìÉà àÇúÌÈä áÌÆï çåÉøÄéï ìÄáÌÈèÅì; àÂáÈì àÄí äÄøÀáÌÅéúÈ úÌåÉøÈä, äÄøÀáÌÅéúÈ ùÒÈëÈø, åÀäÇùÌÒÈëÈø, ìÀôÄé äÇöÌÇòÇø. 5 Aquel a quien su corazón le impulse a cumplir este Precepto como es debido, siendo coronado con la corona de la Torá, no ha de distraerse con otras cosas ni ha de ocurrírsele que junto con la Torá obtendrá riqueza y honor ya que el camino a la Torá es así: “comerás pan con sal y dormirás en el suelo, vivirás una vida sufrida y te ocuparás de la Torá”. No se te impone culminar la tarea ni eres libre de desecharla, pero de haberte engrandecido en Torá también habrás aumentado tu recompensa, dependiendo ella del sufrimiento.
å [æ] ùÑÆîÌÆà úÌÉàîÇø òÇã ùÑÆàÂ÷ÇáÌÇõ îÈîåÉï åÀàÆçÀæÉø åÀàÆ÷ÀøÈà, òÇã ùÑÆàÆ÷ÀðÆä îÇä ùÑÆàÂðÄé öÈøÄéêÀ åÀàÆôÀðÆä îÅòÂñÈ÷Çé åÀàÆçÀæÉø åÀàÆ÷ÀøÈà--àÄí úÌÇòÂìÆä îÇçÀùÑÈáÈä æåÉ òÇì ìÄáÌÈêÀ, àÅéï àÇúÌÈä æåÉëÆä ìÀëÄúÀøÈäÌ ùÑÆìÌÇúÌåÉøÈä ìÀòåÉìÈí; àÅìÈà òÂùÒÅä úÌåÉøÈúÈêÀ ÷ÀáÈò, åÌîÀìÇàëÀúÌÈêÀ òÂøÇàé, åÀàÇì úÌÉàîÇø ìÄëÀùÑÆàÆôÀðÆä àÆùÑÀðÆä, ùÑÆîÌÆà ìÉà úÄôÀðÆä. 6 No se cosa que digas: “en cuanto acumule riqueza me pondré a estudiar, en cuanto adquiera lo que necesito dejaré mis ocupaciones y me pondré a estudiar” ya que pensando de ese modo nunca merecerás la corona de la Torá; sino has de hacer a tu Torá fija y a tu labor pasajera y no has de decir: “en cuanto me desocupe repasaré, no sea cosa que no te desocupes”.
æ [ç] ëÌÈúåÌá áÌÇúÌåÉøÈä "ìÉà áÇùÌÑÈîÇéÄí, äÄéà . . . åÀìÉà-îÅòÅáÆø ìÇéÌÈí, äÄéà" (ãáøéí ì,éá-éâ): "ìÉà áÇùÌÑÈîÇéÄí, äÄéà", ìÉà áÌÀâÇñÌÅé äÈøåÌçÇ äÄéà îÀöåÌéÈä; "åÀìÉà-îÅòÅáÆø ìÇéÌÈí, äÄéà", ìÉà áÌÄîÀäÇìÌÀëÅé îÅòÅáÆø ìÇéÌÈí äÄéà. ìÀôÄéëÌÈêÀ àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, ìÉà ëÌÈì äÇîÌÇøÀáÌÆä ñÀçåÉøÈä îÇçÀëÌÄéí; åÀöÄåÌåÌ åÀàÈîÀøåÌ, äÁåÄé îÀòÇè òÂñÈ÷, åÇòÂñÉ÷ áÌÇúÌåÉøÈä. 7 Está escrito en la Torá: "No está ella en el cielo...ni está allende la mar" (Dt. 30:12-13) “No está ella en el cielo”, no se halla en los orgullosos; “ni está allende la mar” ni en aquellos que andan allende la mar. Por lo tanto dijeron los Sabios: “no todo aquel que acumula mercancia se torna sabio”; y ordenaron: “has de disminuir tu quehacer y ocuparte de la Torá”.
ç [è] ãÌÄáÀøÅé úÌåÉøÈä ðÄîÀùÑÀìåÌ áÌÇîÌÇéÄí, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "äåÉé ëÌÈì-öÈîÅà ìÀëåÌ ìÇîÌÇéÄí" (éùòéäå ðä,à)--ìåÉîÇø ìÈêÀ: îÇä äÇîÌÇéÄí àÅéï îÄúÀëÌÇðÌÀñÄéï áÌÄîÀ÷åÉí îÄãÀøåÉï, àÅìÈà ðÄæÀçÈìÄéï îÅòÈìÈéå åÌîÄúÀ÷ÇáÌÀöÄéï áÌÄîÀ÷åÉí àÆùÑÀáÌÉøÆï--ëÌÈêÀ ãÌÄáÀøÅé úÌåÉøÈä, àÅéðÈï ðÄîÀöÈàÄéï áÌÀâÇñÌÅé äÈøåÌçÇ åÀìÉà áÌÀìÅá ëÌÈì âÌÀáÇäÌ ìÅá; àÅìÈà áÌÀãÇëÌÈà åÌùÑÀôÇì øåÌçÇ ùÑÆîÌÄúÀàÇáÌÅ÷ áÌÇòÂôÇø øÇâÀìÅé äÇçÂëÈîÄéí, åÌîÅñÄéø äÇúÌÇàÂååÉú åÀúÇòÂðåÌâÅé äÇæÌÀîÈï îÄìÌÄáÌåÉ, åÀòåÉùÒÆä îÀìÈàëÈä áÌÀëÈì éåÉí îÀòÇè ëÌÀãÅé çÇéÌÈéå, àÄí ìÉà äÈéÈä ìåÉ îÇä éÉàëÇì, åÌùÑÀàÈø éåÉîåÉ åÀìÅéìåÉ, òåÉñÅ÷ áÌÇúÌåÉøÈä. 8 Las palabras de la Torá fueron parangonadas con el agua, como está escrito: "Que todos los sedientos vayan al agua" (Is. 55:1), es decir: “así como las aguas no se estancan en un declive sino discurren sobre él estancándose en algún foso”. Asimismo las palabras de la Torá no se hallan ni en los vanidosos ni en los altaneros sino en los sumisos y humildes que se empolvan con el polvo de los pies de los Sabios, apartando de su corazón las pasiones y pasatiempos y haciendo la labor diaria mínima que necesitan, de no tener qué comer, mientras el resto de su día y noche se ocupan de la Torá.
è [é] ëÌÈì äÇîÌÅùÒÄéí òÇì ìÄáÌåÉ ùÑÆéÌÇòÀñÉ÷ áÌÇúÌåÉøÈä åÀìÉà éÇòÂùÒÆä îÀìÈàëÈä, åÀéÄúÀôÌÇøÀðÇñ îÄï äÇöÌÀãÈ÷Èä--äÂøÅé æÆä çÄìÌÇì àÆú äÇùÌÑÅí, åÌáÄæÌÈä àÆú äÇúÌåÉøÈä, åÀëÄáÌÈä îÀàåÉø äÇãÌÈú, åÀâÈøÇí øÈòÈä ìÀòÇöÀîåÉ, åÀðÈèÇì çÇéÌÈéå îÄï äÈòåÉìÈí äÇáÌÈà: ìÀôÄé ùÑÆàÈñåÌø ìÅäÈðåÉú áÌÀãÄáÀøÅé úÌåÉøÈä, áÌÈòåÉìÈí äÇæÌÆä. 9 Todo aquel que resuelva ocuparse de la Torá y no realizar tarea alguna, sustentándose de la beneficiencia, ha profanado el Nombre y ha oprobiado a la Torá y ha apagado la luz de la Ley y se ha causado daño a sí mismo y se ha hecho desmerecedor del Mundo Venidero ya que está prohibido aprovecharse de la Torá en este mundo.
é àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, ëÌÈì äÇðÌÄäÀðÆä îÄãÌÄáÀøÅé úÌåÉøÈä, ðÈèÇì çÇéÌÈéå îÄï äÈòåÉìÈí. åÀòåÉã öÄåÌåÌ åÀàÈîÀøåÌ, ìÉà úÇòÂùÒÅí òÂèÈøÈä ìÀäÄúÀâÌÇãÌÇì áÌÈäÆí, åÀìÉà ÷ËøÀãÌÉí ìÇçÀôÌÉø áÌÈäÆí. åÀòåÉã öÄåÌåÌ åÀàÈîÀøåÌ, àÁäÉá àÆú äÇîÌÀìÈàëÈä, åÌùÒÀðÉà àÆú äÈøÇáÌÈðåÌú. åÀëÈì úÌåÉøÈä ùÑÀàÅéï òÄîÌÈäÌ îÀìÈàëÈä, ñåÉôÈäÌ áÌÀèÅìÈä; åÀñåÉó àÈãÈí æÆä, ùÑÆéÌÀäÆà îÀìÇñÀèÅñ àÆú äÇáÌÀøÄéÌåÉú. 10 Dijeron los Sabios: “todo aquel que se aproveche de las palabras de la Torá se ve despojado de su vida en el mundo”. Y agregaron: “no las conviertas en una corona para enaltecerte ni en un pico para cavar”. También ordenaron diciendo: “ama la labor y odia el enseñeorearte, y toda Torá que no es acompañada de una labor al final se anula; acabando tal persona asaltando a otros”.
éà îÇòÂìÈä âÌÀãåÉìÈä äÄéà ìÀîÄé ùÑÀäåÌà îÄúÀôÌÇøÀðÅñ îÄîÌÇòÂùÒÆä éÈãÈéå, åÌîÄãÌÇú çÂñÄéãÄéí äÈøÄàùÑåÉðÄéí äÄéà; åÌáÀæÆä æåÉëÆä ìÀëÈì ëÌÈáåÉã åÀèåÉáÈä ùÑÆáÌÈòåÉìÈí äÇæÌÆä, åÀìÈòåÉìÈí äÇáÌÈà: ùÑÆðÌÆàÁîÈø "éÀâÄéòÇ ëÌÇôÌÆéêÈ, ëÌÄé úÉàëÅì; àÇùÑÀøÆéêÈ, åÀèåÉá ìÈêÀ" (úäéìéí ÷ëç,á)--"àÇùÑÀøÆéêÈ" áÌÈòåÉìÈí äÇæÌÆä, "åÀèåÉá ìÈêÀ" ìÈòåÉìÈí äÇáÌÈà ùÑÆëÌËìÌåÉ èåÉá. 11 Es una gran virtud el sustentarse por sus propios medios, siendo tal actitud la de los antiguos jasidim, correspondiéndole por ello todo el honor y la bondad de éste y el mundo venidero, como está escrito: "Al comer de la labor de tus manos serás feliz y gozarás de bondad" (Sal. 128:2); “serás feliz” en este mundo, “y gozarás de bondad” en el mundo venidero que es todo bondad.
éá àÅéï ãÌÄáÀøÅé úÌåÉøÈä îÄúÀ÷ÇéÌÀîÄéï áÌÀîÄé ùÑÆîÌÇøÀôÌÆä òÇöÀîåÉ òÂìÅéäÆï, åÀìÉà áÌÀàÅìÌåÌ ùÑÆìÌåÉîÀãÄéï îÄúÌåÉêÀ òÄãÌåÌï åÌîÄúÌåÉêÀ àÂëÄéìÈä åÌùÑÀúÄéÌÈä--àÅìÈà áÌÀîÄé ùÑÆîÌÅîÄéú òÇöÀîåÉ òÂìÅéäÆï, åÌîÀöÇòÅø âÌåÌôåÉ úÌÈîÄéã, åÀìÉà éÄúÌÅï ùÑÀðÇú ìÀòÅéðÈéå, ìÀòÇôÀòÇôÌÈéå úÌÀðåÌîÈä. 12 La Torá no le perdurará ni a quien se relaje a su respecto ni a quien estudie placenteramente a la vez que goza de comida y bebida sino a quien se mate por ella, sufriendo siempre su cuerpo, no procurándole ni el sueño a sus ojos ni el adormecerse a sus pupilas.
éâ àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí ãÌÆøÆêÀ øÀîÈæ, "æÉàú, äÇúÌåÉøÈä, àÈãÈí, ëÌÄé-éÈîåÌú áÌÀàÉäÆì" (áîãáø éè,éã)--àÅéï äÇúÌåÉøÈä îÄúÀ÷ÇéÌÆîÆú, àÅìÈà áÌÀîÄé ùÑÆîÌÅîÄéú òÇöÀîåÉ áÌÀàÈäÃìÅé äÇçÈëÀîÈä. åÀëÌÈêÀ àÈîÇø ùÑÀìÉîÉä áÌÀçÈëÀîÈúåÉ, "äÄúÀøÇôÌÄéúÈ, áÌÀéåÉí öÈøÈä--öÇø ëÌÉçÆëÈä" (îùìé ëã,é); åÀòåÉã àÈîÇø, "àÇó çÈëÀîÈúÄé, òÈîÀãÈä ìÌÄé" (÷åäìú á,è)--çÈëÀîÈä ùÑÆìÌÈîÇãÀúÌÄé áÌÀàÇó, òÈîÀãÈä ìÄé. 13 Dijeron los Sabios de forma alusiva "Esta es la Torá concerniente a un hombre que muere en una tienda" (Nm. 19:14). La Torá no subsiste sino en quien se mate en las tiendas de la sabiduría. Así lo dijo Shelomó en su sabiduría "De aflojarte ante un día calamitoso disminuirá tu fuerza" (Pv. 24:10); y dijo además "incluso conservé mi sabiduría" (Qo. 2:9). La sabiduría que obtuve furiosamente me protegió.
éã àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, áÌÀøÄéú ëÌÀøåÌúÈä ùÑÆëÌÈì äÇéÌÈâÅòÇ áÌÀúÇìÀîåÌãåÉ áÌÀáÅéú äÇëÌÀðÆñÆú, ìÉà áÌÄîÀäÅøÈä äåÌà îÀùÑÇëÌÅçÇ; åÀëÈì äÇéÌÈâÅòÇ áÌÀúÇìÀîåÌãåÉ áÌÀöÄðÀòÈä îÇçÀëÌÄéí, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "åÀàÆú-öÀðåÌòÄéí çÈëÀîÈä" (îùìé éà,á). åÀëÈì äÇîÌÇùÑÀîÄéòÇ ÷åÉìåÉ áÌÀùÑÈòÇú úÌÇìÀîåÌãåÉ, úÌÇìÀîåÌãåÉ îÄúÀ÷ÇéÌÅí áÌÀéÈãåÉ; àÂáÈì äÇ÷ÌåÉøÆà áÌÀìÇçÇùÑ, áÌÄîÀäÅøÈä äåÌà ùÑåÉëÅçÇ. 14 Dijeron los Sabios: “existe un pacto que establece que todo aquel que se esfuerza estudiando en una sinagoga no olvida rápidamente y todo aquel que se esfuerza estudiando discretamente se torna sabio”, como está escrito: "la sabiduría es de los discretos" (Pv. 11:2). Y a todo aquel cuya voz se escucha mientras estudia su estudio le perdura; mientras quien susurra olvida rápidamente.
èå [éâ] àÇó òÇì ôÌÄé ùÑÆîÌÄöÀåÈä ìÄìÀîÉã áÌÇéÌåÉí åÌáÇìÌÇéÀìÈä, àÅéï àÈãÈí ìÈîÅã øÉá çÈëÀîÈúåÉ àÅìÈà áÌÇìÌÇéÀìÈä; ìÀôÄéëÌÈêÀ îÄé ùÑÆøÈöÈä ìÄæÀëÌåÉú áÌÀëÆúÆø äÇúÌåÉøÈä, éÄæÌÈäÅø áÌÀëÈì ìÅéìåÉúÈéå, åÀìÉà éÀàÇáÌÇã àÇôÄìÌåÌ àÇçÇú îÅäÆï áÌÀùÑÄéðÈä åÇàÂëÄéìÈä åÌùÑÀúÄéÌÈä åÀùÒÄéçÈä åÀëÇéÌåÉöÆà áÌÈäÆï, àÅìÈà áÌÀúÇìÀîåÌã úÌåÉøÈä åÀãÄáÀøÅé çÈëÀîÈä. àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, àÅéï âÌÈøÀðÈäÌ ùÑÆìÌÇúÌåÉøÈä àÅìÈà ìÇéÀìÈä, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "÷åÌîÄé øÉðÌÄé áÇìÌÇéÀìÈä" (àéëä á,éè). åÀëÈì äÈòåÉñÅ÷ áÌÇúÌåÉøÈä áÌÇìÌÇéÀìÈä, çåÌè ùÑÆìÌÀçÆñÆã ðÄîÀùÑÈêÀ òÈìÈéå áÌÇéÌåÉí, ùÑÆðÌÆàÁîÈø "éåÉîÈí, éÀöÇåÌÆä ä' çÇñÀãÌåÉ, åÌáÇìÌÇéÀìÈä, ùÑÄéøÉä òÄîÌÄé--úÌÀôÄìÌÈä, ìÀàÅì çÇéÌÈé" (úäéìéí îá,è). åÀëÈì áÌÇéÄú ùÑÀàÅéï ãÌÄáÀøÅé úÌåÉøÈä ðÄùÑÀîÈòÄéï áÌåÉ áÌÇìÌÇéÀìÈä, àÅùÑ àåÉëÇìÀúÌåÉ. 15 A pesar de ser un Precepto estudiar día y noche, uno no aprende la mayoría de su sabiduría sino de noche; por lo tanto quien quiera merecer la corona de la Torá se cuidará todas sus noches, no perdiendo ninguna durmiendo, comiendo, bebiendo, charlando o algo por el estilo sino ha de estudiar Torá y sabiduría. Dijeron los Sabios “el cántico de la Torá no se escucha sino de noche”, como está escrito: "¡Levantate, canta en la noche!" (Lm. 2:19). A aquel que se ocupa de la Torá de noche se le extiende piedad durante el día, como está escrito: "De día ordenará el Señor su benevolencia y de noche su canto estará conmigo; una oración al Dios de mi vida" (Sal. 42:9). A toda casa en la cual no se escuche estudio de Torá de noche la consumirá un fuego.
èæ "ëÌÄé ãÀáÇø-ä' áÌÈæÈä" (áîãáø èå,ìà)--æÆä ùÑÆìÌÉà äÄùÑÀâÌÄéçÇ òÇì ãÌÄáÀøÅé úÌåÉøÈä, ëÌÈì òÄé÷Èø. åÀëÅï ëÌÈì ùÑÆàÄôÀùÑÈø ìåÉ ìÇòÀñÉ÷ áÌÇúÌåÉøÈä, åÀàÅéðåÌ òåÉñÅ÷, àåÉ ùÑÆ÷ÌÈøÈà åÀùÑÈðÈä, åÌôÅøÇùÑ ìÀäÇáÀìÅé òåÉìÈí åÀäÄðÌÄéçÇ úÌÇìÀîåÌãåÉ åÌæÀðÈçåÉ--äÂøÅé æÆä áÌÄëÀìÇì áÌåÉæÆä ãÌÀáÇø ä'. 16 "Ya que oprobió la palabra del Señor" (Nm. 15:31) quien hizo caso omiso a las palabras de la Torá al igual que aquel que pudo haberse ocupado de la Torá, pero no lo hizo, o aquel que leyó y repasó y se dirigió a las banalidades abandonando su estudio y descuidándolo, éste es de aquellos que desprecian la palabra de Dios.
éæ àÈîÀøåÌ çÂëÈîÄéí, ëÌÈì äÇîÌÀáÇèÌÅì àÆú äÇúÌåÉøÈä îÅòÉùÑÆø, ñåÉôåÉ ìÀáÇèÌÀìÈäÌ îÅòÉðÄé; åÀëÈì äÇîÌÀ÷ÇéÌÅí àÆú äÇúÌåÉøÈä îÅòÉðÄé, ñåÉôåÉ ìÀ÷ÇéÌÀîÈäÌ îÅòÉùÑÆø. åÀòÄðÀéÈï æÆä îÀôÉøÈùÑ äåÌà áÌÇúÌåÉøÈä: äÂøÅé äåÌà àåÉîÅø "úÌÇçÇú, àÂùÑÆø ìÉà-òÈáÇãÀúÌÈ àÆú-ä' àÁìÉäÆéêÈ, áÌÀùÒÄîÀçÈä, åÌáÀèåÌá ìÅáÈá--îÅøÉá, ëÌÉì. åÀòÈáÇãÀúÌÈ àÆú-àÉéÀáÆéêÈ" (ãáøéí ëç,îæ-îç); åÀàåÉîÅø "ìÀîÇòÇï òÇðÌÉúÀêÈ, åÌìÀîÇòÇï ðÇñÌÉúÆêÈ--ìÀäÅéèÄáÀêÈ, áÌÀàÇçÂøÄéúÆêÈ" (ãáøéí ç,èæ). 17 Dijeron los Sabios “aquel que se desase de la Torá en la riqueza ha de desaserse de ella en la pobreza; y aquel que la cumple en la probreza ha de cumplirla en la riqueza”. Estando tal cosa explícita en la Torá ya que Él dice "Ya que no serviste al Señor, tu Dios, con alegría y gozo de corazón por abundarte todo. Has de servir a tus enemigos" (Dt. 28:47-48); y dice "Para afligirte y probarte y beneficiarte en tu posteridad" (Dt. 8:16).

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